La Virgen de Czestochowa

En el icono de la Madre de Dios de Czestochowa, la Virgen dirige su atención fuera de ella, señalando con su mano derecha hacia Jesús como la fuente de salvación. A su vez, el Niño extiende su mano derecha hacia el observador en señal de bendición levantando un libro con los evangelios en su mano izquierda. Se muestra a Nuestra Señora con un manto adornado con flores de lis.

Según una leyenda, después de la crucifixión de Jesús, cuando la Virgen María se trasladó a la casa de San Juan, llevó consigo algunos artículos personales, entre ellos una mesa hecha por el mismo Redentor, de madera de ciprés, en el taller de San José. Se cuenta que, cuando las mujeres piadosas de Jerusalén le pidieron a San Lucas que hiciese una pintura de la Madre de Dios; fue la parte superior de esta mesa la que el Apóstol utilizó para pintar la imagen.

La leyenda cuenta que la imagen permaneció en los alrededores de Jerusalén hasta que fue descubierta por Santa Elena, en el siglo cuarto. El cuadro, junto con otras reliquias, fue trasladado a la ciudad de Constantinopla, donde el hijo de Santa Elena, el Emperador Constantino el Grande, erigió una Iglesia para su entronización.

La imagen permaneció en Constantinopla por quinientos años, hasta que se convirtió en objeto de varios dotes y así fue, eventualmente, a parar en Rusia y la región rusa que más tarde se convirtió en la actual Polonia.

Después de que la imagen vino a formar parte de las posesiones del príncipe polaco, San Ladislao, fue instalada en un lugar especial de su palacio en Belz. Poco tiempo después, cuando el castillo fue asediado por los Tártaros, una flecha enemiga penetró en la Capilla por una ventana hasta el icono, causando un rasguño en la garganta de la Virgen María. La lesión permanece hasta el día de hoy, a pesar de los muchos intentos hechos a través de los años para repararla.

Las crónicas narran que San Ladislao se determinó a salvaguardar la imagen de las subsecuentes invasiones de los Tártaros trasladándola a Opala, su ciudad natal, donde estaría más segura. Este viaje lo llevó hasta Czestochowa, lugar donde decidió pasar la noche. Durante esta breve pausa de su viaje, la imagen fue trasladada a Jasna Gora (que significa «colina luminosa»). Ahí fue colocada en una pequeña Iglesia de madera llamada La Asunción. A la mañana siguiente, después de haber colocado la imagen con sumo cuidado en su vagón correspondiente, los caballos se rehusaban a moverse. Aceptando esto como una señal del cielo de que la imagen había de permanecer en Czestochowa, San Ladislao hizo regresar la imagen solemnemente, a la Iglesia de la Asunción. Esto ocurrió el día 26 de agosto de 1382, día que aún se observa como fiesta de la imagen de Nuestra Señora. Dado que fue el deseo de San Ladislao que la imagen fuese custodiada por los más santos varones, ordenó la construcción de una Iglesia y monasterio de los Padres Paulinos, quienes devotamente se han encargado de su cuidado por los últimos seis siglos.

Los Husitas invadieron el monasterio de los Padres Paulinos en 1430 y saquearon el suntuoso santuario. Entre los objetos robados estaba la imagen de Nuestra Señora. Después de haberla colocado en el vagón avanzaron tan sólo una corta distancia antes de que los caballos se rehusaran a caminar. Recordando que un incidente similar había ocurrido a San Ladislao hacía unos cincuenta años atrás, y dándose cuenta de que la imagen había sido la causa, los herejes arrojaron la imagen al suelo. Ésta se quebró en tres pedazos. Uno de los ladrones sacó su espada, golpeó la imagen y le causó dos cortaduras profundas. Cuando se preparaba para golpearla por tercera vez, cayó al suelo y se retorció en agonía, hasta que murió. Las dos cortaduras en la mejilla de la Virgen, junto con el daño causado anteriormente por la lanza en su garganta, han reaparecido siempre a pesar de los repetidos intentos de restauración.

La imagen estuvo nuevamente en peligro en el año 1655. En aquel entonces, 12.000 suecos se enfrentaron a los 300 hombres que protegían el santuario. Aunque grandemente superados en número, los protectores de la Virgen lograron un gran éxito derrotando a los enemigos. Al año siguiente, la Virgen María fue aclamada como Reina de Polonia.

Cercano a nuestros tiempos, el día 14 de septiembre de 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el Río Vístula y se preparaba para invadir la ciudad de Varsovia, el pueblo recurrió a la Virgen María. Al día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el ejército ruso se retiró después que la imagen de la Virgen apareció en una nube sobre la ciudad. En la historia de Polonia, ésta victoria es conocida como El Milagro de Vístula.

Dado el color tan oscuro de la cara y las manos de Nuestra Señora, la imagen ha sido afectuosamente llamada «la Madona Negra», frase que nos recuerda del Cantar de los Cantares, «Soy morena pero bella». Su oscuridad se atribuye a varias condiciones, de las cuales la edad es la primordial. Otro factor es las pobres condiciones de los lugares donde fue escondida para salvaguardarla; además, infinidad de velas han sido quemadas ante ella, causando que estuviese constantemente rodeada de humo; y ha sido tocada por multitudes.

La imagen milagrosa fue reconocida oficialmente por el Papa Clemente XI en el año 1717. La corona dada por el Papa fue utilizada durante la primera coronación oficial de la imagen, pero este símbolo del reinado de Nuestra Señora fue robado en el año 1909. La corona fue reemplazada por una de oro incrustada con joyas, regalada por el Papa San Pío X.

Jan Casmir, Rey de Polonia, quien peregrinó allá en el año 1656. Después de haber colocado su corona a los pies del altar de la Virgen, prometió, «Yo, Jan Casmir, Rey de Polonia, os tomo a Vos como Reina y Patrona de mi reino; coloco a mi pueblo y a mi ejército bajo vuestra protección…» Mayo 3, el día en que se hizo este voto, fue designado por el Papa Pío XI con la fiesta de María bajo el titulo de «Reina de Polonia».

En tiempos modernos, el Papa Juan Pablo II, ha visitado varias veces a la Virgen de Czestochowa, siendo la primera en el año1979, pocos meses después de haber sido elegido Papa.

La devoción a la Virgen de Czestochowa, fue introducida por nuestro hermano polaco D León Sliwinski. La Imagen de la Virgen que posee la archicofradía y procesiona en estandarte con los colores de la bandera de Polonia, roja y blanca, fue bendecida por S.S. Juan Pablo II, amigo personal de D. León.