La advocación de Ntra. Sra. de la Esperanza en la ciudad de Vélez-Málaga hunde sus raíces en el siglo XVIII. Si bien, todo apunta a una imagen de las llamadas de «gloria» y no «dolorosa» como actualmente la conocemos, lo que no debe sorprendernos puesto que se conocen ya otros casos de imágenes gloriosas intituladas «de la Esperanza» que ejercían su protección sobre instituciones benéfico-asistenciales, como veremos que es el caso actual. Aunque en principio no han aparecido datos de la fundación de ninguna cofradía alrededor de esta advocación mariana hasta la actual configuración de la Archicofradía de Jesús El Pobre, no debemos descartar esta posibilidad.
El presente ensayo trata de dar una panorámica general del Hospital llamado de las Llagas de Cristo, cuna de esta advocación mariana de la Esperanza tan querida en Vélez-Málaga, y de su Ermita.
Desde la entrada de los Reyes Católicos en las distintas localidades que iban conquistando a los musulmanes, era práctica habitual la fundación de entidades del tipo de hospicios, lazaretos y hospitales, algunos de ellos a instancia del monarca reinante en un determinado momento, o bien a iniciativa de la nobleza o del propio pueblo congregado en forma de hermandad o cofradía alrededor de una determinada advocación, que se encargaba de su gestión. Así, y a lo largo de los siglos en Vélez podemos señalar al Hospital de San Juan de Dios, el Hospicio de San Julián, la Ermita de la Virgen de la Cabeza -que hizo las veces de lazareto- y el Hospital de las Llagas.
Según los distintos historiadores locales, la fundación de este Hospital de las Llagas, en el año 1508, corresponde a Dña. Beatriz de Arellano «viuda, mujer que fue de Hernando Ugarte». Esta Beatriz de Arellano no debe ser confundida con su tía, del mismo nombre, y que fue fundadora del Convento de las Clarisas de Vélez. No obstante, se debe afirmar una estrecha relación entre esta familia y la Orden Franciscana. Y ello es así porque entre las numerosas devociones propagadas por los franciscanos -Vera+Cruz, Concepción, Cordón de San Francisco-, esta familia se encargó de que en Vélez se rindiera culto a las Llagas de Cristo y a Santa Clara. La fundadora de este Hospital lo dotó con varios censos y fincas, que contribuyeran al sostenimiento económico de dicha institución. Así, sabemos por un informe económico guardado en la Catedral de Málaga, que este hospital mantenía cinco camas para enfermos incurables.
Vázquez Rengifo nos dice que en 1615 el «hospital que llaman de las Llagas de Cristo está en el arrabal, a la banda de levante, en que se curan los enfermos de bubas y otras enfermedades semejantes» y que el Hospital contaba con «casa suficiente, iglesia con reliquias de San Pedro, San Esteban y Santa Lucía, y capellán» y con una «sala grande, que llaman la Hospedería, adonde se recogen y albergan los pobres mendigantes que no se ponen en cura». Además, en la Iglesia del Hospital -entendemos que se trataba de la ermita- se decían misas por el capellán. Las rentas, abundantes, daban para pagar al capellán, al enfermero, comprar las medicinas y mantener las camas. A principios del siglo XVII el patrón del Hospital era D. Fernando Ugarte de Barrientos.
Por parte de la historiografía local se ha querido identificar esta iglesia o ermita del Hospital de las Llagas con la del patrón San Roque, de la que se tienen noticias desde 1633, tratándose de un «humilladero en que esta el Sr Sn Roque a la frente del dho su Combento (de Capuchinos)». La imagen titular de este Santo se trasladó al Convento de Padres Capuchinos en 1751, por lo que pudiera pensarse que es en estas fechas cuando la advocación de Ntra. Sra. de la Esperanza se asienta en la ermita, o bien ya encontrándose anteriormente, pasa a ostentar la Virgen la titularidad de dicho instituto. En 1754, Fernando VI manda que se constituya un lazareto en Vélez, debiéndose de tratar de la ermita que comentamos, según nos cuenta ya en el siglo XIX Agustín Moreno. Por tanto, debiera de haberse dado una transformación del humilladero en lazareto. No obstante, los lazarinos serán alejados de la ciudad a partir de 1769, y definitivamente en 1778.
Por lo tanto, es en pleno siglo XVIII cuando nos encontramos ya con la mención expresa de la advocación de Ntra. Sra. de la Esperanza. Así, el Real Subsidio de la vereda de Vélez nos da a conocer que la Ermita de la Esperanza y Hospital de las Llagas pagó en 1794 en tal concepto 52 reales de vellón y 1 maravedí. No obstante, es la Justificación de Rentas Subsidiales de 1795, por el quinquenio 1790 a 1795, la que nos proporciona más datos sobre la Ermita y el Hospital. Desde el punto de vista económico, estas dos instituciones percibían de rentas 2370 reales y 17 maravedíes anuales -frente a los 5109 maravedíes de 1799- De estas rentas había que bajar ciertas cantidades, ya que tanto la Ermita como el Hospital debían pagar una memoria en la Iglesia Parroquial del Señor San Juan Bautista; un censo al Convento de las Madres Carmelitas Descalzas; un subsidio anual; así como también las limosnas necesarias por las dieciséis misas preceptivas que se encargaba a la Hermandad de Ánimas -no se nos aclara si de San Juan o de Santa María-. Sin embargo, y aunque la economía no era en modo alguno deficitaria, por el extracto económico que comentamos conocemos que ya no se mantenían las cinco camas que la fundadora dispuso existiesen.
El Hospital también recibía en la segunda mitad del siglo XVIII rentas procedentes de censos de los que era beneficiario. Tal es el caso de los 50 ducados que en tal concepto recibía de unas viñas propiedad de la familia Moya y Vallejo, según nos cuenta en su declaración D. Pedro de Moya y Vallejo, canónigo de la Iglesia Catedral de Málaga, el 2 de marzo de 1781.
Además, a finales de la centuria dieciochesca el patronato del Hospital correspondía a Dña. María Gabriela Barrientos, vizcondesa de Sancho Miranda y vecina de Córdoba. El capellán era D. Mateo Rojano, presbítero.
Durante el siglo XIX tenemos varias noticias que señalar respecto a la Ermita de la Esperanza. Así, conocemos que en el trienio 1817, 1818 y 1819, en concepto de Subsidio de los Treinta Millones, esta Ermita paga 190 reales y 9 maravedíes; 90 reales y 64 reales respectivamente por cada año.
Volvemos a tener noticias de los censos y fincas con que Dña. Beatriz de Arellano dotó al antiguo Hospital, puesto que según Pascual Madoz, en 1849 pertenecen aún al Vizcondado de Sancho Miranda. Este historiador nos dice que «se sitúa la Ermita y antiguo hospital al oriente de la plaza de nombre. Es de una sola nave de 16 varas de longitud, 7 de latitud y 7 de altura».
El historiador local Agustín Moreno, en 1865, también aporta noticias de la Ermita de la Esperanza, siguiendo la línea de Madoz. Así, nos da a conocer que los censos y fincas pertenecían por aquél tiempo al marqués de Donadío. Además, «la Ermita de Ntra. Sra. de la Esperanza es pequeña y tiene su capellán».
La Ermita y la primigenia imagen gloriosa de la Virgen de la Esperanza desaparecieron en los sucesos de 1936. Actualmente, quedan dos recuerdos en el callejero de la ciudad -calle Hospitalico, en la que se encontraba el antiguo Hospital de las Llagas y su Ermita, y calle Esperanza-, además de la recuperación al culto de esta advocación, esta vez como dolorosa, por la Archicofradía de Jesús El Pobre.
Por D. Juan Cristobal Jurado Vela
Licenciado en Historia del Arte